jueves, 16 de agosto de 2007
Vida y Obra de Leopoldo Murcho
Nació en San Fernando el 20 de octubre de 1859, en la calle Alvear próximo a la avenida Juan D. Perón, era por consiguiente vecino de otro gran poeta sanfernandino Demetrio Tzorzópulos. Desde muy joven sintió una inclinación especial, no sólo por las letras sino por el bienestar de la propia comunidad. Ya a los 16 años fue nombrado alcalde del Cuartel Tercero, por doble elección hasta el año 1883. En 1886, cuando estalló en Buenos Aires una nueva epidemia de cólera, se creó en San Fernando un cuerpo de inspectores. Al frente del cuerpo estuvo el vecino José D. Secco y los inspectores eran: Martiniano Martínez, Gervasio Santucho, Francisco Costa y Leopoldo Murcho. Ante el peligro de contagio y muerte renunciaron muchos inspectores. Pero Leopoldo Murcho y Martiniano Martínez fueron los únicos que permanecieron estoicamente en sus cargos. También se lo vio arriesgar su vida en las inundaciones tan comunes en la zona, ayudado por los señores Mases, Guedes, Coopes y Lavagetto. En 1889 el intendente Carlos Castro lo nombró tesorero municipal, función de alta envergadura que llevó a cabo con distinción y soltura, y en 1890 fue elegido Secretario de Gobierno, siendo así la segunda autoridad municipal a los 31 años. Al año siguiente volvió la función de Alcalde del cuartel Tercero y Cuarto, durante la intendencia de José Villalonga. En 1892 era Juez de Paz de su pueblo y en 1895 fue elegido inspector de higiene y miembro de la comisión de Censo Nacional. El intendente Antonio Obligado lo nombró Juez de Paz por segunda vez en 1896, cargo que ocupó de manera honorable hasta 1903, el período más extenso que recuerda la historia local.
Integró numerosas instituciones sociales y de bien público. Fue encargado de la banda de Música Municipal en 1888. Al año siguiente fue presidente de la Sociedad Italiana Unione e Benevolenza, allí inauguró el teatro que aún perdura. Cuando aún no existía el Cuerpo de Bomberos voluntarios, integró diversas comisiones de salvamente organizadas para combatir distintos tipos de siniestros.
El agradecido pueblo le rindió muchos homenajes a lo largo de su vida. En una fiesta criolla, un grupo de quinientos sanfernandinos le obsequió un bastón con empuñadura de oro que “Soñador” uso hasta su muerte.
Otra gran demostración la recibió en el teatro de la Sociedad Italiana local, donde se le hizo entrega de un hermoso álbum con la firma de todos los socios, entre los que figuran: De Marzi, Ambrosoni, Gavazza, Fogliarino, Gandolfo, Carabelli, Arnoldi y muchos más.
En 1903 el Partido Autonomista Nacional le ofreció la candidatura de Diputado Nacional pero la rechazó (el 27 de marzo de 1904 aceptó y fue proclamado candidato, pero renunció por segunda vez el 31 de enero de 1905).
Leopoldo Murcho escribió una novela de fantasía, la cual comenzaba con su propia muerte, que según el relato sucedía en 1895 y continuaba con su resurrección en el año 2095 en una ciudad futurista. Caminando por sus calles se encuentra con un anciano al que le pregunta por San Fernando. Éste le responde que esa era la denominación de la ciudad, pero cien años atrás, y que actualmente se llamaba Parroquia de Aranzazú, Departamento de la Capital de la República Argentina. El relato finaliza con el recorrido de “Soñador” por la ciudad futura, quien admira el progreso experimentado en los años de su ausencia por el pueblo de San Fernando de Buena Vista.
Su labor de poeta y periodista la desarrollo siempre en forma paralela a todas sus otras actividades. En 1877 fundo su periódico La Avispa.
Supo describir como nadie la belleza poética del Delta y la volcó en sus obras Los encantos del Delta, Bellezas Isleñas, El beso de los sauces y muchos más.
“Soñador” era el apodo con que firmaba sus poemas y escritos y con el que se lo conoció en el terreno de las letras. En 1892 escribió la letra de la marcha de la Sociedad Artesanos del Dique. Su obra cumbre fue Canto al Delta del Paraná y a sus Conquistadores, premiado con diploma de honor y mención especial en los juegos florales del 12 de octubre de 1925.
La Asociación Almafuerte, fundada por Demetrio Tzorzópulos, seguido por Serafín Girola, José Brioso, Juan Dattas y otros, le rindió emotivos homenajes a este gran hijo del pueblo de San Fernando.Falleció el 13 de marzo de 1936. En el 2004 su descendiente, Alejandra Murcho, reunió en el volumen “Leonardo Murcho. El Poeta” (con prólogo de Francisco Vázquez, Ediciones Ocruxaves) muchos de los escritos, testimonios, recortes periodísticos y homenajes referidos a esta figura emblemática de nuestro panorama literario
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