Parece ridículo que viendo el avance de la tecnología médica
si hoy nos quebramos un brazo tengamos que usar un yeso idéntico al que
usaron otras personas en décadas pasadas. Es por eso que Jake Evill, de la Universidad Victoria de Wellington, creó el corrector ortopédico Cortex, una especie de red de plástico generada por una impresora 3D para encajar perfectamente con el hueso a mantener estático.
viernes, 2 de mayo de 2014
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