Llega un momento en el que todo proceso de fabricación debe atravesar una prueba extrema, y eso es lo que decidió hacer General Electric con su complejo sistema aditivo láser, que fusiona múltiples capas de metal para dar forma a las piezas necesarias. El concepto fue nada menos que un motor de reacción, el cual logró alcanzar 33 mil revoluciones por minuto sin ningún incidente.
viernes, 15 de mayo de 2015
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