El caballero de la armadura oxidada, de Robert Fisher, Ediciones Obelisco
Quien
puede decir, hoy en día, que se encuentra totalmente libre de armaduras
rígidas y enfermantes, de esas que obligan a ver el mundo tras una
visera entrecerrada, vestiduras tan gruesas y ceñidas que resultan
herméticas al dolor y las emociones.
En esta bellísima fábula
para adultos, un atribulado caballero ya ahogado por su armadura, busca
ayuda para quitársela, pero el mejor herrero del reino no logra aflojar
ni un gozne. Sin embargo, este médico alegórico, tiene el buen tino de
enviar al caballero al bosque, ese lugar primitivo del mundo interior,
(que muchos hemos olvidado), en busca del Mago Merlín. Con su ayuda
inicia un penoso camino hacia si mismo, transitando el Sendero de la
Verdad, abriendo puertas que trabajosamente va descubriendo en extraños
castillos como el del Silencio, el del Conocimiento y, finalmente, el de
la Verdad y la Osadía. Este doloroso transitar por las emociones hace
que las lágrimas derramadas vayan oxidando el duro metal que de a poco
empieza a desprenderse dejando pasar los primeros rayos de sol y el aire
fresco.
Cuántos de los que nos rodean sufren a causa de nuestras
armaduras. Muchas veces estamos tan apurados que ni siquiera nos damos
tiempo para quitárnoslas cuando estamos en casa con nuestros seres
queridos, y de a poco ellos van olvidando nuestra fisonomía original.
Tal vez la lectura atenta de este pequeño librito nos ayude a escuchar a
nuestro mago interior y nos enseñe a valorar el oro que llevamos dentro
y desechar la chatarra con que nos protegemos de nosotros mismos.
miércoles, 25 de junio de 2014
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