La ley a la basura
Es como el juego del gran bonete: nadie lo tiene. Pero lo cierto es que la basura electrónica no para de aumentar. A fines de noviembre del año pasado, el bloque de diputados oficialistas del Frente Para la Victoria (FPV) trabó la Ley de Basura Electrónica en el Congreso, que ya contaba con media sanción del Senado y por lo tanto el proyecto perdió estado parlamentario. Es decir, hay que volver a empezar un largo camino judicial iniciado en 2008 para que las empresas se hagan cargo de las, por lo menos, 120 toneladas de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que cada año ellas mismas producen y venden en nuestro país. Celulares, cámaras de fotos digitales, impresoras, televisores, aires acondicionados, heladeras, monitores y computadoras, entre otros aparatos. Pero también las pilas y baterías. Para dimensionar el problema: el año pasado tiramos a la basura unas 400 millones de ambos componentes.
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